Su objetivo era y sigue siendo ofrecer enseñanza a los niñas pobres del barrio, comenzando así la misión educativa de las hermanas misioneras Hijas del Calvario que dura hasta el día de hoy.
La escuela, da servicios educativos a niñas palestinas de distintos orígenes religiosos, cristianas y musulmanas, que comparten una situación de vulnerabilidad alta o muy alta. En el curso 2021/2022 el 68% de las alumnas matriculadas eran musulmanas, y el 32% cristianas.
La mayoría de las alumnas, un 75%, proviene de los barrios de la ciudad vieja cercanos al colegio, de familias especialmente desfavorecidas económicamente y que sufren de los problemas endémicos de la población palestina residente en Jerusalén: Paro, violencia estructural, falta de servicios y falta de cobertura legal.
El centro imparte enseñanzas de preescolar, elemental, secundaria y superior, regladas según el Plan Escolar de la Autoridad Nacional Palestina. Imparte idiomas (árabe, hebreo, inglés y castellano) y la enseñanza de religión cristiana y/o musulmana. Además de la escolarización, ofrece apoyo especializado a las familias de las niñas y en particular a sus tutores. Desarrolla programas culturales y deportivos y actividades solidarias.
El centro es un ejemplo de integración. En ese sentido, el colegio desarrolla actividades enfocadas a favorecer la buena relación entre cristianas y musulmanas e intenta inculcar desde la infancia los valores de solidaridad interreligiosa, paz y convivencia. Todo ello para lograr una sociedad más solidaria, tolerante y fraterna.
En el curso 2021/2022 solo de 5 alumnas 164 han podido pagar la matricula completa del curso escolar. El centro se financia con apoyos privados, y actualmente están tendiendo problemas graves para mantener el centro.
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