Uganda, también llamada la "Perla de África" para transmitir la belleza, variedad y riqueza natural de su tierra, es un país de África Oriental sin salida al mar y cubierto por áridas mesetas de sabana, sobre las que se alza al oeste el macizo montañoso de Ruwenzori. A pesar de la inmensa belleza que ofrece este país, puede calificarse de relativamente seguro. De hecho, en 2021 se produjeron varios atentados terroristas, sobre todo en la región Norte. Las bandas criminales, los conflictos étnicos y las luchas tribales amenazan la seguridad de la población. Situaciones similares se viven también en las regiones fronterizas con Sudán del Sur y la República Democrática del Congo. En cuanto a la atención médica, los servicios ofrecidos son escasos y en la mayoría de los casos se exige el pago del tratamiento antes de poder prestar la atención.
Otro problema que caracteriza a este país es la escasez de agua a la que tiene que hacer frente la población. A pesar de que el acceso al agua está reconocido como un derecho fundamental para garantizar la salud, la higiene, una nutrición adecuada y el desarrollo de la economía, este derecho se ve constantemente menoscabado. Esto es atribuible al cambio climático, que está provocando graves sequías en el país. Según un informe de la Autoridad para el Desarrollo del Café de Uganda (Ucda), de hecho, los cultivos de algunas regiones han disminuido debido a la falta casi total de precipitaciones. "La sequía ha afectado a la mayoría de las regiones por segundo año consecutivo y ha provocado un aumento de la incidencia de plagas y enfermedades como la broca del café y la enfermedad de la ampolla roja", señala el informe. Uganda es el segundo exportador de café de África, y los ingresos de este cultivo son una importante fuente de divisas. Pero eso no es todo: miles de personas caminan durante horas todos los días para acceder a corrientes de agua, que a menudo están contaminadas y, por tanto, provocan enfermedades. El objetivo de la iniciativa de construir el pozo en la comunidad de Kachwampa nace, por tanto, del deseo de hacer del acceso al agua un derecho que realmente pertenezca a todas las personas y no un lujo para unos pocos.